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La menopausia es un proceso natural que se produce en la mujer, en torno a los 50 años, debido al deterioro de las hormonas reproductivas. Es decir, los ovarios comienzan a producir menos estrógenos y progesterona, las dos hormonas que regulan la menstruación.

Esta etapa marca el fin de la etapa fértil de la mujer y se refiere a la fecha de la última menstruación.

Hay que diferenciar entre la premenopausia y la postmenopausia. Ambas etapas implican una serie de efectos en el cuerpo, tanto físico como emocionalmente.

La premenopausia puede durar hasta 5 años y es el período previo a la última menstruación. Está caracterizada por ciclos más largos o cortos de lo habitual, por tanto, por menstruaciones irregulares. A su vez, puede ir asociada a síntomas como la sequedad vaginal, la pérdida de masa ósea y los sofocos.

La posmenopausia hace referencia, en cambio, a los años posteriores a la última menstruación. Los síntomas de esta etapa son el aumento de peso, de la sequedad vaginal y de los sofocos, así como los cambios en el estado de ánimo.

Suelo Pelviano y menopausia
De la misma forma que la pérdida de masa ósea es un claro síntoma de la menopausia, también lo son las disfunciones abdomino-pelvianas. Especialmente en la postmenopausia.

La musculatura del suelo pélvico y del abdomen se van transformando y debilitando con el paso de los años, como consecuencia de los cambios hormonales asociados a cada etapa, así como de la edad, embarazos y partos.

Por eso, durante la menopausia, suelen aparecer disfunciones en estas dos zonas del cuerpo, que se manifiestan con síntomas como:

  • Atresía vaginal (retracción de los tejidos y canal vaginal).
  • Sequedad y atrofia vaginal.
  • Dispareunia (dolores o molestias en las relaciones sexuales).
  • Falta de tono en el suelo pélvico.
  • Disminución de la sensibilidad durante las relaciones y/o anorgasmia (imposibilidad o dificultad para llegar al orgasmo).
  • Incontinencia urinaria de esfuerzo, incontinencia urinaria de urgencia,
  • incontinencia urinaria mixta.
  • Incontinencia de gases.
  • Prolapsos o descenso de órganos pélvicos.
  • Distensión abdominal.

Se trata de síntomas que es necesario diagnosticar y tratar lo antes posible, para evitar su progresión y afectaciones en la calidad de vida de la mujer.

Fisioterapia para el tratamiento del Suelo Pelviano en la menopausia
La fisioterapia abdomino-pelviana ayuda a prevenir y evitar estos síntomas asociados a la menopausia. Una vez que estos síntomas ya están presentes, permite mejorarlos y, en muchos casos, combatirlos.

Por eso, desde el Centro Núria Caballé, te recomendamos que cuando te acerques a la menopausia, vengas a hacer una revisión de tu suelo pélvico con una fisioterapeuta especialista en abdomino-pelviana de nuestro equipo.

De esta forma podremos realizar una valoración inicial para evaluar el estado de tu suelo pélvico y abdomen, así como prevenir y tratar todo tipo de disfunciones que puedan aparecer en este momento de tu vida.

El tratamiento que realizamos, combina diferentes puntos y tipos de terapias:

  • Toma de conciencia de la vulva y de cómo cuidar la misma.
  • Hidratación vulvar y vaginal.
  • Mejora del tejido conjuntivo a través de la alimentación y con suplementación mediante la psiconeuroinmunología (PNI).
  • Tecarterapia (o Indiba), para regenerar la mucosa y mejorar la sensación de hidratación y flexibilidad tisular.
  • Terapia manual: masaje perineal, terapia visceral y trabajo de puntos gatillos o de tensión.
  • Ejercicios terapéuticos: hipopresivos, método 5P o tronco propioceptivo, ejercicios respiratorios y ejercicios del Conjunto-Abdomino-Pelviano (CALP).
  • Electroestimulación, biofeedback y vibradores de distintos tipos de trabajo con dilatadores.

Combinando estas técnicas conseguiremos:

  • Tratar y reducir el dolor en zonas dolorosas.
  • Aumentar la elasticidad de los tejidos del suelo pélvico.
  • Tonificar el suelo pélvico y el Conjunto-Abdomino-Lumbo-Pelviano, del que éste forma parte.
  • Mejorar la calidad de vida.
  • Disminuir el dolor en las relaciones sexuales (penetración).
  • Favorecer la función sexual.
  • Aumentar la propiocepción perineal y pélvica.

Otras especialidades de fisioterapia del suelo pélvico y faja abdominal

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